El último Caballero Dorado Garo había caído y la armadura ahora está escondida en secreto dentro de una isla desconocida, protegida por Makai Priest Hakana y Burai. Desde entonces, la armadura Garo ha perdido su brillo dorado, una señal de que su poder se ha debilitado. Temiendo la posible llegada de enemigos más fuertes, los dos sacerdotes juraron revivir el poder de Garo por el bien del mundo.